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Sunday, March 31, 2019

La filosofía política. JR

A lo largo de toda la historia del pensamiento político se encuentra
insistentemente la pregunta: «¿Qué gobierno es el mejor, el de las
leyes o el de los hombres? Pregunta que se hace Norberto Bobbio en su ensayo de 1985.

Qué respuestas coherentes a la realidad política de hoy podremos buscar? La filosofía política llaman, para poder entender sin comprender en dónde está el poder que direcciona una nación.

Es útil mencionar un ejemplo clarificador:
"Del mismo modo que el timonel, que permanece siempre de guardia para utilidad de la nave y de los navegantes, sin necesidad de leer escritos, sino teniendo sólo el arte por norma, salva a los compañeros de nave, así, de este preciso
modo, aquellos que tienen una tal aptitud para gobernar,¿no podrían crear una recta forma de gobierno, merced a la fuerza del arte, que es superior a la de las leyes"

Una de las formas más antiguas para expresar la idea del buen gobierno es el término griego eunomía, usado por Solón, el gran legislador de Atenas, en oposición a disnomía. Separada del contexto, de difícil e incierta interpretación, la expresión más célebre, entre los antiguos —y, por tanto, tomada infinidad de veces por los
modernos—, del señorío de la ley, se halla en el fragmento de Píndaro, transmitido con el título de Nómos Basileús, el cual se inicia diciendo que la ley es reina de todas las cosas, tanto de las mortales
como de las inmortales.Entre los pasajes canónicos que la Edad clásica transmitió a las Edades sucesivas, es digno de recordar el texto de Cicerón según el cual, omnes legum serví sumus uti liberi esse possumus.

El principio de la rule of law pasó desde Inglaterra a las doctrinas jurídicas de los Estados continentales, dando origen a la doctrina,hoy verdaderamente universal (en el sentido en que ya no es con￾testada por nadie como cuestión de principio, tanto que, cuando no es reconocida, se invoca el estado de necesidad o de excepción),
del «Estado de derecho», o sea, del Estado que tiene como princi￾pio inspirador la subordinación de todo poder al derecho, desde el nivel más bajo, hasta el más alto, a través del proceso de legaliza￾ción de toda acción de gobierno que ha sido llamada, desde la pri￾mera Constitución escrita de la Edad Moderna, «constitucionalismo». De la universalidad de esta tendencia a la sumisión del poder
político al derecho, pueden ser consideradas, como manifestaciones
extremadamente reveladoras, ya la interpretación weberiana del Estado moderno como Estado racional y legal, como Estado cuya legitimidad reposa exclusivamente en el ejercicio del poder, de
conformidad con las leyes, ya la teoría kelseniana del ordenamiento jurídico como cadena de normas que crean poderes y de poderes que crean normas, cuyo inicio viene representado no por el poder
de los poderes —como ha sido siempre concebida la soberanía en la teoría del Derecho público que se ha venido constituyendo con la formación del Estado moderno—, sino por la norma de las normas, la Grundnorm, de la que depende la validez de todas las normas del
ordenamiento y la legitimidad de todos los poderes inferiores.

A cambió el gobierno de los hombres, como alternativa al gobierno
de las leyes, se presenta, en su forma más rudimentaria, a través de la figura del soberano-padre o del soberano-amo, o bien en la concepción paternalista o patriarcalista, dentro del límite, aún despótico, del poder, en aquellas doctrinas en que el Estado es considerado como una familia en grande, o paterna, o patriarcal, o señorial,según los autores, y el poder del soberano es asimilado al del padre,
o del patriarca, o del amo o señor. La familia, grande o pequeña, señorial o sólo paterna, siempre ha sido eleveda a modelo, por lo menos hasta Locke, del grupo monocrático, en el cual el sumo poder está concentrado en manos de uno solo, y los súbditos son, en el sentido jurídico de la palabra, «incapaces», temporalmente, hasta la mayoría de edad, los hijos, o permanentemente, los esclavos. Lo
mismo que el padre (o el patriarca o el señor), el rey, concebido como el cabeza de una familia en grande, ejerce el poder no en base a normas preestablecidas, sino según su prudencia y sabiduría y mediante disposiciones dadas de vez en cuando, según las nece￾sidades, de las cuales, sólo él es el intérprete autorizado. Los víncu￾los que unen al padre o al amo con los miembros del grupo familiar no son jurídicos, sino éticos o, en el extremo opuesto, se basan en la mera fuerza. Como sociedad de desiguales —la esposa (o las
esposas, en la familia poligámica) respecto al marido, los hijos respecto al padre, los esclavos respecto al amo—, la sociedad fami￾liar, y con ella el Estado, cuando sea concebido como una familia,
no subyacen a la fuerza igualadora de la ley, sino que se rigen más por la justicia, caso por caso, que por la justicia legal.

Traer a consideración los escritos de Norberto Bobbio, es poder racionalizar la híbrida posición de gobierno nacional ante la justicia y la ley. Los colombianos nos regimos por la ley y el ahora socialista código de policía que intimida la sociedad y empodera la policía como fuerza represiva del estado, que Gobbels llamo Gestapo. Una institución corrupta de individuos protagonistas y cómplices de un pacto narcofarquista que a su antojo y acomodo otorgan inmunidad e impunidad a los autores del genocidio narcofarquista siglo XXI.

Dónde está el gobernante que con discursos contundentes daban de de acción ante la corrupción estatal y de justicia que dejó Santanas. Ley o capricho personal es la incoherencia de hoy. Capricho de la minoría narcofarquista siglo XXI y sus cómplices sin valor y moral o la ausencia total de un gobernante que pone la ley y la Constitución a un lado.?

José Rodrigo Umaña
Blanco o Negro
Máscaras de la Verdad

Tuesday, January 22, 2019

Desahogo Ciudadano contra Aureliano. JR

Con el respeto del autor solo copio el texto.

CARTA  A PETRO, DE UN PADRE DE POLICIA VICTIMA DEL ELN ESCUELA GENERAL SANTANDER.
Señor Gustavo Petro:

Acabo de ver en las noticias de la TV, el reconocimiento del ELN sobre el atentado a la  Escuela de Cadetes de la Policía General Francisco de Paula Santander. Ese fatídico 17 de enero que destrozó la vida de tantas familias con el saldo de 21 personas muertas y 68 heridos. Ese fatídico día que los hijos de putas de Iván Cepeda, Gustavo Bolívar, Hollman Morris, tú y tus mamertos seguidores, salieron a desinformar y en las redes sociales a afirmar que se trataba de un “falso positivo” por parte del Gobierno Duque y restándole credibilidad al trabajo investigativo de la Fiscalía General de la Nación en cabeza del señor Fiscal, quien de una forma seria y muy profesional, resolvieron la autoría del execrable acto terrorista  del cual no he podido aguantar las lágrimas ante tanto horror y enorme sufrimiento.

Comprendo que la capital de la República y el resto de Colombia, puedan olvidar las imágenes de horror de los estudiantes de la Policía asesinados. Mi estómago aún está revuelto por el dolor, que entiendo porque mi propio hermano sufrió un atentado del que salió ileso defendiéndose a tiros ante una emboscada con terroristas de las Farc. Nosotros tuvimos la suerte de poder seguir disfrutando de ellos, pero más de mil familias Colombianas no tuvieron esa suerte. Sus familias, sus vidas, quedaron rotas para siempre por los hijos de puta asesinos del ELN.

No sabe usted el desprecio que le tengo a usted, Señor Petro, al proponer que ex guerrilleros  se integren al ejército de Colombia, no creo haber visto tamaño despropósito en toda, cuando hoy mismo las víctimas le han dicho que no se le ocurra hacer eso. Y de seguido anuncia que extraditar a Santrich a los Estados Unidos, sería una fatal falla del Gobierno Duque, desafiando y lo que es peor, desconociendo y pasándose por la faja, toda ley que no le convenga a usted y a sus alcahuetes amigos de las Farc.

Es decir, usted se mea en el dolor de las víctimas del terrorismo, desprecia su dolor y su opinión e incumple el propio pacto antiterrorista de Estado, saltándose la ley, para pagar el apoyo a los terroristas del ELN y Farc, al apoyo de esos grupos a su pasada aspiración a la presidencia, donde gracias a Dios, los Colombianos de bien, fuimos mayoría y a raíz de esta derrota, hoy destila odio al gobierno legítimamente representado  el presidente Iván Duque. Su discurso el día en que perdió las elecciones, no fue más que una apología a la desestabilización del país y propiciar el odio entre la izquierda y la derecha Colombiana.

Se dice que no hay ser más miserable que aquel que se venga, por ser un perdedor y hoy los  muertos que su odio pueda provocar, será usted el responsable de los mismos, debido a su ambición sin límites. Para ello se apoya en quienes quieren destruir a este mismo país que usted desea gobernar humillando a las víctimas de los grupos terroristas Farc y ELN, a los huérfanos y a las viudas de los que murieron por servir a este país, ese que quiere presidir. Profana tumbas y se venga en cadáveres riéndose de la ley y la justicia Colombia, para conseguir la palmadita traidora en la espalda de quienes quieren romper el país que usted desea gobernar.

Usted no solo es un ser despreciable, no solo ha llegado a la más baja catadura moral que pueda tener una persona. No, usted es aún más que eso, usted es el ser más despreciable que se haya visto.

Quien desprecia la justicia, no podrá pedirla para sí.

Espero que cada día, cada minuto, alguien le recuerde lo miserable que es usted.

Ruego a quien lea esta carta que la haga circular, a ver si con un poco de suerte le retumban los oídos al señor Senador.

Firmado:
Antonio Ayala.
El padre de un Estudiante de la Policía víctima del acto terrorista del ELN.