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Thursday, July 25, 2019

La verdad de las NARCOFARC.

Muchos decimos lo que verdaderamente son los narcofarquistas y los aún NARCOFARC. Juego de palabras y nombres que no cambian su verdad.. Genocidas narcofarquistas hoy impunes por el pacto Habana de Santanas, su aliado y servidor.

Les dejó este artículo de Vanessa Araujo....

Las “nuevas” FARC: el legado del acuerdo de La Habana
23 de julio de 2019
https://es.panampost.com/vanessa-araujo/2019/07/23/nuevas-farc-acuerdo-habana/
No existen las «disidencias» de las FARC. La guerrilla planeó desde el principio llegar al Congreso sin dejar las armas ni el negocio de las drogas (Fotomontaje PanAm Post)
Seguir apoyando el acuerdo Santos-FARC es ser cómplice de una tragedia
Por Vanessa Vallejo
Por estos días una de las palabras más comunes en Colombia es «disidencias». Lo cual resulta curioso, debido a que los grupos que están delinquiendo se presentan ante sus víctimas como FARC, pintan en las paredes “FARC” y firman sus comunicados como FARC. Pero cuando los medios de comunicación cubren las noticias de sus actos criminales se refieren a ellos como «disidencias».
No hay un solo día en que en los periódicos colombianos no se lea algo sobre las «disidencias de las FARC«. Son muy activas: secuestran gente, extorsionan a campesinos, asesinan policías y su principal actividad es el cultivo y la comercialización de droga. Nada nuevo, lo mismo que siempre han hecho las FARC.
¿Por qué, si los mismos delincuentes se identifican como FARC, los medios insisten en hablar de «disidencias»? Porque llamarles FARC significa reconocer el fracaso del acuerdo de La Habana.
Se supone que el expresidente Juan Manuel Santos firmó un acuerdo con el que, a cambio de cosas que ni en sus sueños más anhelados habían imaginado tener, los guerrilleros de las FARC dejarían de delinquir.
Sin embargo, lo que tenemos hoy es que a los guerrilleros se les dieron diez escaños en el Congreso, salario mínimo, dinero para sus proyectos, libertad a sus cabecillas, parece que están blindados contra la extradición, no tienen que responder por delitos sexuales, y otros tantos «beneficios». A pesar de eso, de lo que los guerrilleros se comprometieron a dar, no hay nada.
Ya está claro, el acuerdo fracasó, no conseguimos la paz. Pero como muchos no lo quieren aceptar, cada día, cuando se refieren a un delito cometido por las FARC, hablan de «disidencias».
La verdad es que en este momento lo más cercano a unas “disidencias” de las FARC serían los diez señores que están en el «Congreso». El resto, incluyendo a cabecillas como Santrich e Iván Márquez, siguen en lo mismo de siempre.
De acuerdo con el Observatorio Colombiano de Crimen Organizado, en Colombia hay alrededor de 2 500 «disidentes» de las FARC en armas. Están distribuidos en 37 estructuras y presentes en 18 departamentos y 120 municipios, zonas en las que históricamente siempre estuvo la guerrilla.
Los cabecillas
Con excepción de un par, los grandes cabecillas de las FARC también hacen parte de lo que muchos llaman «disidencias».
Nelson Enrique Díaz Osorio, alias “Iván Alí”, desde mediados de 2018 renunció al esquema de seguridad que por cuenta del acuerdo lo protegía. Diferentes fuentes hablan de que está en el departamento del Guaviare «reacomodando» y dirigiendo a los guerrilleros.
Alberto Cruz Lobo, alias «Enrique Marulanda», es uno de los hijos del fallecido líder de las FARC alias «Tirofijo», y como todos los cabecillas de esta guerrilla, después del acuerdo era custodiado por hombres de la Unidad Nacional de Protección, pero el año pasado también renunció a su seguridad y ahora no se sabe dónde está.
José Manuel Sierra Sabogal, alias «Zarco Aldinever», considerado el heredero del Mono Jojoy, el 2 de agosto del 2018 desistió de su esquema de seguridad y decidió volver a la selva. Este guerrillero es considerado por inteligencia como un hombre clave para el Bloque Oriental de las FARC.
Elmer Mata Caviedes, alias «Albeiro Córdoba», quien según organismos de inteligencia es hijo del fallecido alias Efraín Guzmán, fundador de las FARC, a mediados de 2018 también abandonó la zona de reincorporación. En este momento no se tiene un conocimiento claro de su paradero.
Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa«, por su maldad y su nivel de crueldad es uno de los cabecillas de las FARC más conocidos y repudiados por los colombianos. Salió del espacio territorial de Miravalle junto con Márquez. Las autoridades colombianas no saben dónde se encuentra pero se rumora que está en Venezuela.
De Henry Castellanos, alias «Romaña», también uno de los más importantes de las FARC, no se sabe su paradero. Las autoridades le han encontrado al menos 17 bienes a nombre de testaferros, que no reportó tras la “dejación de las armas”.
Iván Márquez, uno de los grandes líderes de las FARC, estaría, según fuentes de Inteligencia, en Venezuela, trabajando con Santrich para “rearmar” a esta guerrilla. Hay que recordar que Márquez tenía un escaño como senador, pero una vez capturado Santrich por cuenta de las pruebas enviadas por los EE. UU., vio en peligro su libertad y abandonó su esquema de seguridad, al parecer para refugiarse en Venezuela.
Jesus Santrich, gracias a una especie de golpe dado por las altas cortes, fue dejado en libertad y unos días después, como todos los colombianos supusimos que ocurriría, desapareció. Se dice que se fue a Venezuela y que de ahí tomó un vuelvo hacia Cuba, donde se encontraría en este momento.
La innegable realidad
Las FARC, o si quiere llamarle las «disidencias de las FARC», están activas en más de la mitad de los departamentos del país. Siguen asesinando policías, extorsionando, secuestrando, volando oleoductos, sembrando y exportando drogas. Con excepción de un par, sus más importantes cabecillas, así como por lo menos una tercera parte de los hombres que se acogieron al acuerdo de La Habana, están en la ilegalidad.
Estoy convencida de que este siempre fue su plan. En su cabeza nunca hubo arrepentimiento ni la intención de dejar de verdad las armas y el negocio de las drogas. Por eso la supuesta entrega de armas se hizo en privado, y por eso el acuerdo de La Habana los blinda contra la extradición. Lo que siempre buscaron fue engañarnos a todos para entrar en la política mientras mantenían su brazo armado y sus negocios.
Para mí todo esto es evidente. Pero si hay alguien que insiste en que hablamos de «disidencias», que la mayoría de guerrilleros sí quería un cambio, que esto se trata de una nueva guerrilla y no de un plan calculado desde antes de la firma del acuerdo, es respetable. Lo que no es respetable es negar la realidad. No es aceptable que haya quien, ante todos estos hechos, diga que a Colombia llegó la paz, que la guerrilla ahora se dedica a cultivar frutas y que el culpable de la violencia es el Gobierno o incluso los opositores del acuerdo.
Lo que muestra la cruda realidad es que las FARC -nuevas o viejas, «disidencias» o como le quiera llamar-, estoy convencida, nunca planearon dejar de delinquir. Han ganado mucho con el acuerdo de La Habana: ahora son más fuertes; tienen diez escaños en el Congreso; han recibido dinero del Gobierno; se han burlado de los colombianos; durante dos periodos presidenciales, los de Santos, no fueron perseguidos y se dedicaron a aumentar sus cultivos de coca y su terreno de influencia; y, como si todo eso fuera poco, tienen a buena parte de la opinión publicada defendiéndolos.
Las FARC tienen a renombrados periodistas insistiendo en que la paz se consigue arrodillándose ante los delincuentes y que si las cosas no salieron bien fue porque Iván Duque no les dio todo lo que pedían. También tienen a una parte la población que creyó el cuento de Juan Manuel Santos de que la paz llegó al país.
De modo que el presidente de Colombia deberá enfrentar a unas FARC fortalecidas, metidas en el Congreso, con periodistas importantes de su lado, con jueces que los defiendan y con una parte de la población que dirá que si Duque se atreve a enfrentar a los delincuentes -como es su deber- lo que hace es volver a la guerra.
Las “nuevas” FARC son ahora mucho, muchísimo más fuertes de lo que eran cuando el expresidente Álvaro Uribe Vélez dejó el poder, pues Santos recibió un grupo guerrillero derrotado.
En este momento hay que tener claro que la principal amenaza de Colombia son las FARC, y quien siga apoyando el acuerdo de La Habana se convierte en un cómplice de la desgracia que los guerrilleros puedan traer a Colombia.
Vanessa Vallejo es Editor en Jefe y columnista del PanAm Post. Economista, Paleolibertaria, influenciadora en redes sociales y periodista de opinión en RCN Radio.
Fuente: PANAM POSTLas “nuevas” FARC: el legado del acuerdo de La Habana
23 de julio de 2019
https://es.panampost.com/vanessa-araujo/2019/07/23/nuevas-farc-acuerdo-habana/
No existen las «disidencias» de las FARC. La guerrilla planeó desde el principio llegar al Congreso sin dejar las armas ni el negocio de las drogas (Fotomontaje PanAm Post)
Seguir apoyando el acuerdo Santos-FARC es ser cómplice de una tragedia
Por Vanessa Vallejo
Por estos días una de las palabras más comunes en Colombia es «disidencias». Lo cual resulta curioso, debido a que los grupos que están delinquiendo se presentan ante sus víctimas como FARC, pintan en las paredes “FARC” y firman sus comunicados como FARC. Pero cuando los medios de comunicación cubren las noticias de sus actos criminales se refieren a ellos como «disidencias».
No hay un solo día en que en los periódicos colombianos no se lea algo sobre las «disidencias de las FARC«. Son muy activas: secuestran gente, extorsionan a campesinos, asesinan policías y su principal actividad es el cultivo y la comercialización de droga. Nada nuevo, lo mismo que siempre han hecho las FARC.
¿Por qué, si los mismos delincuentes se identifican como FARC, los medios insisten en hablar de «disidencias»? Porque llamarles FARC significa reconocer el fracaso del acuerdo de La Habana.
Se supone que el expresidente Juan Manuel Santos firmó un acuerdo con el que, a cambio de cosas que ni en sus sueños más anhelados habían imaginado tener, los guerrilleros de las FARC dejarían de delinquir.
Sin embargo, lo que tenemos hoy es que a los guerrilleros se les dieron diez escaños en el Congreso, salario mínimo, dinero para sus proyectos, libertad a sus cabecillas, parece que están blindados contra la extradición, no tienen que responder por delitos sexuales, y otros tantos «beneficios». A pesar de eso, de lo que los guerrilleros se comprometieron a dar, no hay nada.
Ya está claro, el acuerdo fracasó, no conseguimos la paz. Pero como muchos no lo quieren aceptar, cada día, cuando se refieren a un delito cometido por las FARC, hablan de «disidencias».
La verdad es que en este momento lo más cercano a unas “disidencias” de las FARC serían los diez señores que están en el «Congreso». El resto, incluyendo a cabecillas como Santrich e Iván Márquez, siguen en lo mismo de siempre.
De acuerdo con el Observatorio Colombiano de Crimen Organizado, en Colombia hay alrededor de 2 500 «disidentes» de las FARC en armas. Están distribuidos en 37 estructuras y presentes en 18 departamentos y 120 municipios, zonas en las que históricamente siempre estuvo la guerrilla.
Los cabecillas
Con excepción de un par, los grandes cabecillas de las FARC también hacen parte de lo que muchos llaman «disidencias».
Nelson Enrique Díaz Osorio, alias “Iván Alí”, desde mediados de 2018 renunció al esquema de seguridad que por cuenta del acuerdo lo protegía. Diferentes fuentes hablan de que está en el departamento del Guaviare «reacomodando» y dirigiendo a los guerrilleros.
Alberto Cruz Lobo, alias «Enrique Marulanda», es uno de los hijos del fallecido líder de las FARC alias «Tirofijo», y como todos los cabecillas de esta guerrilla, después del acuerdo era custodiado por hombres de la Unidad Nacional de Protección, pero el año pasado también renunció a su seguridad y ahora no se sabe dónde está.
José Manuel Sierra Sabogal, alias «Zarco Aldinever», considerado el heredero del Mono Jojoy, el 2 de agosto del 2018 desistió de su esquema de seguridad y decidió volver a la selva. Este guerrillero es considerado por inteligencia como un hombre clave para el Bloque Oriental de las FARC.
Elmer Mata Caviedes, alias «Albeiro Córdoba», quien según organismos de inteligencia es hijo del fallecido alias Efraín Guzmán, fundador de las FARC, a mediados de 2018 también abandonó la zona de reincorporación. En este momento no se tiene un conocimiento claro de su paradero.
Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa«, por su maldad y su nivel de crueldad es uno de los cabecillas de las FARC más conocidos y repudiados por los colombianos. Salió del espacio territorial de Miravalle junto con Márquez. Las autoridades colombianas no saben dónde se encuentra pero se rumora que está en Venezuela.
De Henry Castellanos, alias «Romaña», también uno de los más importantes de las FARC, no se sabe su paradero. Las autoridades le han encontrado al menos 17 bienes a nombre de testaferros, que no reportó tras la “dejación de las armas”.
Iván Márquez, uno de los grandes líderes de las FARC, estaría, según fuentes de Inteligencia, en Venezuela, trabajando con Santrich para “rearmar” a esta guerrilla. Hay que recordar que Márquez tenía un escaño como senador, pero una vez capturado Santrich por cuenta de las pruebas enviadas por los EE. UU., vio en peligro su libertad y abandonó su esquema de seguridad, al parecer para refugiarse en Venezuela.
Jesus Santrich, gracias a una especie de golpe dado por las altas cortes, fue dejado en libertad y unos días después, como todos los colombianos supusimos que ocurriría, desapareció. Se dice que se fue a Venezuela y que de ahí tomó un vuelvo hacia Cuba, donde se encontraría en este momento.
La innegable realidad
Las FARC, o si quiere llamarle las «disidencias de las FARC», están activas en más de la mitad de los departamentos del país. Siguen asesinando policías, extorsionando, secuestrando, volando oleoductos, sembrando y exportando drogas. Con excepción de un par, sus más importantes cabecillas, así como por lo menos una tercera parte de los hombres que se acogieron al acuerdo de La Habana, están en la ilegalidad.
Estoy convencida de que este siempre fue su plan. En su cabeza nunca hubo arrepentimiento ni la intención de dejar de verdad las armas y el negocio de las drogas. Por eso la supuesta entrega de armas se hizo en privado, y por eso el acuerdo de La Habana los blinda contra la extradición. Lo que siempre buscaron fue engañarnos a todos para entrar en la política mientras mantenían su brazo armado y sus negocios.
Para mí todo esto es evidente. Pero si hay alguien que insiste en que hablamos de «disidencias», que la mayoría de guerrilleros sí quería un cambio, que esto se trata de una nueva guerrilla y no de un plan calculado desde antes de la firma del acuerdo, es respetable. Lo que no es respetable es negar la realidad. No es aceptable que haya quien, ante todos estos hechos, diga que a Colombia llegó la paz, que la guerrilla ahora se dedica a cultivar frutas y que el culpable de la violencia es el Gobierno o incluso los opositores del acuerdo.
Lo que muestra la cruda realidad es que las FARC -nuevas o viejas, «disidencias» o como le quiera llamar-, estoy convencida, nunca planearon dejar de delinquir. Han ganado mucho con el acuerdo de La Habana: ahora son más fuertes; tienen diez escaños en el Congreso; han recibido dinero del Gobierno; se han burlado de los colombianos; durante dos periodos presidenciales, los de Santos, no fueron perseguidos y se dedicaron a aumentar sus cultivos de coca y su terreno de influencia; y, como si todo eso fuera poco, tienen a buena parte de la opinión publicada defendiéndolos.
Las FARC tienen a renombrados periodistas insistiendo en que la paz se consigue arrodillándose ante los delincuentes y que si las cosas no salieron bien fue porque Iván Duque no les dio todo lo que pedían. También tienen a una parte la población que creyó el cuento de Juan Manuel Santos de que la paz llegó al país.
De modo que el presidente de Colombia deberá enfrentar a unas FARC fortalecidas, metidas en el Congreso, con periodistas importantes de su lado, con jueces que los defiendan y con una parte de la población que dirá que si Duque se atreve a enfrentar a los delincuentes -como es su deber- lo que hace es volver a la guerra.
Las “nuevas” FARC son ahora mucho, muchísimo más fuertes de lo que eran cuando el expresidente Álvaro Uribe Vélez dejó el poder, pues Santos recibió un grupo guerrillero derrotado.
En este momento hay que tener claro que la principal amenaza de Colombia son las FARC, y quien siga apoyando el acuerdo de La Habana se convierte en un cómplice de la desgracia que los guerrilleros puedan traer a Colombia.
Vanessa Vallejo es Editor en Jefe y columnista del PanAm Post. Economista, Paleolibertaria, influenciadora en redes sociales y periodista de opinión en RCN Radio.
Fuente: PANAM POST

Sunday, March 31, 2019

El tema Indígena y el narcofarquismo metido. JR

Tendremos qué ser muy atronados por no decir otra cosa en creer que vlos narcofarquistas, nos son los motivadores del protagonismo indígena. Territorios con cultivos no radicados y protegidos por el pacto Habana de Santanas.

Para erradicar los cultivos ilícitos en el suroccidente del país,donde los grupos armados auto llamados disidentes de las narcofarc, se han infiltrado en las comunidades indígenas, lo cuál impide la entrada de las autoridades hasta estos territorios. El pacto decidió entregar las zonas de cultivo y en las cuales coinciden los resguardos. Curioso cierto. Curioso que el genocida senador narcofarquista y el actor resentido visiten las zonas motivando la insurrección? Curioso que los escondidos de la justicia estén en zonas de resguardos como Alias Iván Márquez y otros más. Curioso que los genocidas senadores de las narcofarc visiten las zonas en conflicto social apoyando la sublevación. Curioso si muy curioso es.

Hay tres razones por las cuáles y son ser las principales la producción de hoja de coca no sé puede erradicar. una de ellas es que en la frontera existe una restricción de diez kilómetros donde no podemos asperjar esos cultivos ilícitos, por un convenio suscrito entre Colombia y Ecuador, se imaginan quien lo pudo firmar y la plata que les dieron por..: otra razón es  que además, los narcotraficantes ( narcofarc), están metidos dentro de los resguardos indígenas donde se requiere una consulta previa para hacer cualquier operación. Ósea pedirles permiso para entrar e inspeccionar. Asimismo, las NarcoFarc y el Terrorista ELN tienen sembradas en esas zonas minas antipersonal, lo que hace más difícil la erradicación manual.

HRW. Observa la actitud de las fuerzas Armadas de Colombia para incriminar al más mínimo error las unidades de las fuerzas armadas conjuntas. Este factor también fortalece la acción triunfal de las narcofarc en los territorios que asignaron y se autodistrbuyeron.

Porque si la narcofarc se desmovilizo y entregó su potencial bélico, no cambió su nombre de terroristas a otro como movimiento político?

Lo cierto es que entre la JEP y las comunidades, tienen al pais doblegado.

José Rodrigo Umaña
Blanco o Negro
Máscaras de la verdad

Saturday, June 9, 2018

Lo dicho en la discordia, la bipolaridad triunfa..JR

Y la ultima semana inicia con incoherentes alianzas entre las izquierdas capitalistas de colombia. Sumado el capital de cada líder de izquierda narcofarquista, se lograría superar el déficit presupuestal de la educación en alguna ciudad de la nación.  Pero el tema no es el poder económico de cada personaje de estos, quienes envocan todo tipo de ritual o personaje para captar votos a favor de Aureliano alias Petro.

La mision es salir el 17 a votar contra la maquinaria narcofarquista a favor de Aureliano aún guerrillero y asesino de magistrados, secuestrador de políticos entre ellos Alvaro Gómez  y genocida de Niños. Su ansiedad de poder y resentimiento social, como se lo expresó Fajardo en su momento, han creado de sus políticas de campaña una diversidad de incoherencias que sus mismos seguidores confundidos estan. Invita a su campaña a quien el gobierno de Uribe rescata con su brillante operación militar Jaque, y ella en medio de su síndrome de Estocolmo, declara que gracias a ese gobierno la paz se logró conformar, por estar derrotado en ese entonces el grupo narcofarquista de las NarcoFarc. Atónitos quedaron en rueda de prensa Aureliano y su fórmula Vice-presidencial ante estas declaraciones y agregando que Duque es un señor muy coherente y sabe hacer su politica bien. Mokus senador electo a quien Aureliano (Petro) en su momento el voto le negó, se adhiere a la campaña Aurelianista con un electorado de la capital Bogotána que puede ser interesante para el resultado final. Mokus, dogmático y falsificador de cédulas y pasaportes para las NarcoFarc, es un caso mas de la bipolar justicia inversa de nuestra nación. Ingrid Betancourt y Mokus conjuntamente con Clara Lopez y De la Calle quien es el que menos aporta a este combo de estrellas, es la union del desespero ambicioso al poder. Santanas u Santos como se hace llamar, prefirió ir de gira a Europa haciendo convenios e ingresando a Colombia a la OTAN y otras más para apoyar con nuestras Fuerzas Armadas la guerra antiterrorista mundial! Sera coherente el premio Nobel de la paz? Fortaleció y le dio el poder político y económico bajo total impunidad a las NarcoFarc, cartel narcoterrorista mas grande de nuestro planeta y va a Europa ofreciendo tropas para combatir el terrorismo?!!¡!. Algo esta muy bipolar..

Pero sigue el camino a unas elecciones con mexcla de fútbol en Rusia y un mundial que Putin se lo va deleitar a cabal cumplimiento e imponencia a todo timbal, aprovechando del turismo mercadear la nueva Rusia de hoy.

Y sera como en los mejores hipódromos de nuestro planeta, un final electoral que por nariz se elegirá al presidente de la República de Colombia. Nos ayuda la falta de coherencia de Mokus y Claudia  López, lo cual es el mas alto indicativo del desorden y bipolaridad institucional que se presenta en el partido, en la campaña y además en todas las esferas del estado!

El 17 fútbol y presidente habrá..

José Rodrigo Umaña JR
Blanco o Negro
La máscara de la verdad.

Tuesday, May 15, 2018

De ser cierto..apaguen el motor y vámonos...JR

La fuente es válida y la COBARDE corrupción y actitud del estado y clero, demuestran el compromiso adquirido en La Habana entre negociadores a órdenes del cartel Paloma. Demostrada la culpabilidad del Comando Narcofarquista delatada ante la DEA, y no como intentan desviar la verdad los culpables que el sobrino a cambio de pena confesó.

Este operativo es creíble y léanlo para opinar...  JR

Operativo “Karmin” “Monteclaro”. ¡Lista la fuga de Santrich!

Al operativo de rescate del bandido Jesús Santrich, se le bautizó como Operativo “Karmin” , “Monte Claro”, y el objetivo es tomar a Santrich y llevarlo hasta Cuba, donde la DEA difícilmente podría capturarlo.  Juan Manuel Santos ordenará disminuir el esquema de vigilancia en la Conferencia Episcopal. Ahí entrará un comando armado y asesinarán al que trate dele impedirlo

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Mayo 13 de 2018

@ricardopuentesm

Lamentable lo que se acerca para Colombia. Juan Manuel Santos usó la palabra “irreversible” para anunciar al mundo que el proceso con los bandidos de las FARC no tendría marcha atrás. “Irreversible” fue la palabra que usó Castro en una reunión privada con los terroristas y con miembros delegados de Santos, para reafirmar que la entrega de Colombia al comunismo no tiene retorno.

Ambos hablan de lo mismo. “Irreversible” luego se sumó a la frase “En Colombia no cometeremos los mismos errores que cometimos en Venezuela”. Y eso significa una ola de asesinatos de los opositores, una escalada de horrores sin precedentes en Colombia. (Leer el artículo acá)

Trump nunca ha confiado en Santos

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, las cosas se pusieron difíciles para los narcoterroristas y su aliado Juan Manuel Santos. Trump ha presionado a Santos para que acceda a extraditar a los bandidos que llenan de toneladas de droga las calles norteamericanas, con los buenos oficios de Soros en el hemisferio, y que han traído tantas desgracias para ambos países.

Trump le entregó a Santos información recolectada por la DEA donde quedaba en evidencia que magistrados de la Corte Suprema, políticos, y hasta el mismo gobierno, estaban involucrados en el negocio infame de la droga. El mensaje fue muy claro: O nos entregan a los narcotraficantes de las FARC, o haremos pública la información. Igual con el tema de Odebrecht, que involucra a más personas de las que los colombianos saben. Lo que confesó el sobrino de “Iván Márquez” ante la justicia de Estados Unidos, agrava el panorama para poderosos sectores de la sociedad colombiana.

Con esto, se autorizó la captura de alias Jesús Santrich (Santos no podía hacer más sino permitir esa captura) y el gobierno de Trump solicitó su extradición. Luego de ésta, vendrán las solicitudes para extraditar a “Iván Márquez”, el “médico Jaramillo”, “Timochenko” y toda la cúpula de los maleantes. También varios políticos colombianos de quien la DEA también recopiló pruebas contundentes.

Iván Márquez y Jesús Santrich, burlándose de Colombia

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Una vez capturado Santrich, Juan Manuel Santos inició de inmediato una ofensiva mediática y diplomática para evitar lo que parece inevitable: salvar a Santrich de una cárcel norteamericana.
Al tiempo con esto, desde Cuba se empezó a organizar el rescate de Santrich a sangre y fuego. Primero lo llevaron a un hospital del sur de Bogotá, donde, gracias a su ubicación en una zona de la ciudad donde pululan las milicias de las FARC, y por estar muy cerca a la vía al Llano y Sumapaz, podría facilitar la fuga.

Nuestra fuente en Cuba nos afirma que ese plan se cambió por otro más efectivo. La iniciativa diplomática de Santos lo llevó a comunicarse con el Vaticano (ignoramos si con el mismo Papa Francisco, pero no nos extrañaría), y entre el Vaticano, Castro, los cabecillas de las FARC y Santos, se convino en trasladar al narcotraficante a la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, entidad que tradicionalmente ha alojado criminales en sus muros para, luego, trasladarlos a otros países bajo la figura de la protección diplomática que les brinda el ser una especie de territorio donde la justicia y las autoridades colombianas no pueden actuar.

Santrich… ¿El gobierno de Trump se dejará burlar?

Al operativo de rescate del bandido Jesús Santrich, se le bautizó como Operativo “Karmin” , “Monte Claro”, y el objetivo es tomar a Santrich y llevarlo hasta Cuba, donde no existe tratado de extradición con Estados Unidos, y donde la DEA difícilmente podría capturarlo.

En algún momento, nos asegura nuestra fuente, Juan Manuel Santos ordenará disminuir el esquema de vigilancia en la Conferencia Episcopal. Ahí entrará un comando armado y asesinarán al que trate de impedirlo.

La DEA no querrá retirarse de vigilar el edificio de la Conferencia Episcopal. Eso lo tienen calculado Santos, FARC, el Vaticano y Castro. Así que se aprobó que se asesinen a esos agentes de la DEA norteamericanos.

Para desviar la atención del público, se inventaron la amenaza de muerte contra Iván Duque, ficha de los Castro y de Soros (ambos aliados), como ya lo hemos denunciado anteriormente. “Maniobra diversionista” se le llamó a este escándalo de las tales amenazas; escándalo diseñado desde Cuba para cubrir la fuga de Santrich.

Es que en Colombia hay políticos, jueces, magistrados, generales del Ejército y la Policía que tienen historial criminal por narcotráfico hacia Estados Unidos. Nadie protestará por la fuga de Santrich porque la clase dirigente, casi toda, hiede a coca.

Qué dolor con mi país.