La causa y efecto del vandalismo informático y la corrupción de los medios de comunicación.. JR

Que. Pretende Vivanco y sus secuaces del periodismo al desprestigiar las fuerzas armadas? No es pregunta y si es un dilema saberlo. Cuándo el pacto Habana está en crisis por su falsa intención que se camufló bajo la palabra paz, el narcofarquismo se ve en el limbo de su realidad criminal y buscá la estrategia Goebles del desprestigio. Usan los narcofarquistas la teoría de quien habla o dice o escribe primero la verdad dice.... Y es así cómo infiltrados en las fuerzas armadas, buscan información que al distorsionarla se convierte en verdad ante la población. El aval es decirlo atravez de medios de comunicación internacional que no tienen contradicción a nivel nacional y por ende más credibilidad..

Miremos de fondo la temática...

La contrainteligencia tiene entre sus misiones fundamentales, garantizar la seguridad de la información.
Lo que filtraron al NY Times y otras empresas privadas, comerciales de persuasión, fue información de carácter operacional, relativas a los planes y proyecciones del Ejército.
Fue el NY. times, Semana y otras empresas comerciales privadas con alta capacidad de influir en la opinión pública, las que tendenciosamente calificaron esa información como "posible retorno a los falsos positivos en el país", cuando no está más lejos de serlo y así concluyó la comisión de alto nivel nombrada por el gobierno, cuyos integrantes son insospechables de reaccionarios como Gómez Méndez y otros.
Estamos ante un hecho sin precedentes en la historia del país, y es que la Procuraduría califique de falta disciplinaria el control que deben ejercer los organismos de contrainteligencia para garantizar la seguridad de la información operacional y amparando la violación del Secreto a que están obligados los militares sobre temas tan sensibles y que atañen a la seguridad nacional.
Es un precedente gravísimo que sumado a la campaña difamación y desprestigio que sufre el Ejército en la actualidad, hace pensar en la existencia de un plan deliberado para demoler el último bastión en la lucha contra el narcoterrorismo comunista.
Los Ejércitos luchan por la victoria, y esa victoria tiene tres componentes:
El terreno: Conquistarlo; la voluntad de lucha del adversario: doblegarla;Y las fuerzas del enemigo: destruirlas. Esto último incluye combatirlo con la fuerza legal y legítima de las armas del Estado, pues son grupos  armados con capacidad de causar la muerte, destrucción y desolación, no solamente de las Fuerzas Militares y de Policía, sino también de la población civil no comprometida, y en general contra todos aquellos que se opongan o rechacen la imposición de su régimen ateo, despótico y sangriento.
El resultado de ese combate a la fuerza del adversario, se traduce en capturas, desmovilizaciones y bajas, por supuesto. De modo que el Comandante del Ejército no está pidiendo nada distinto de lo que está obligado a hacer constitucionalmente.
Era un documento operacional interno, dirigido a quienes manejan los asuntos militares y manejan su propio lenguage y ellos mismos tienen la conciencia del riesgo de ser asesinados por las balas enemigas, desde el momento en que abrazan la carrera de las armas, y asumen ese riesgo.
Pero al filtrarlo a los llamados medios de comunicación y exacerbar la natural sensibilidad de las personas del común con el hecho de la muerte, toma otro cariz, porque ni entienden que en la guerra hay muertos, incluso en los planea militares, desgraciadamente se calculan incluso las posibles bajas propias, porque se requiere contar con reemplazos y la logística necesaria para evacuar y atender a los muertos y heridos.
Eso no lo entiende la prensa, ni los jueces y procuradores, que deberían, ni mucho menos las personas del común.