Wednesday, March 2, 2016

Lo dice Juan " Renuncié ". JR

A dónde llegamos Santiago y Koka con este resentimiento y odio por la patria.
El síndrome del Cacho y las secuelas de un mami boys frustado por la realidad del poder. JR

Nota. No se sabe si es o no escrito por Juan Gossain, pero es si la verdad y expresion de una nación.  

CARTA DEL PERIODISTA Y ESCRITOR JUAN GOSSAIN ABDALA A SANTOS. Señor Presidente: Hoy, Colombia, sus Fuerzas Militares y Policía, han sido vejadas, humilladas, pisoteadas, mancilladas en lo más profundo de la dignidad. No sin dolor, al observar cómo bajo la complicidad del gobierno venezolano y colombiano, la guerrilla que tanto daño ha causado, ingresa al país a hurtadillas, estrenando uniformes y armas de uso privativo de las Fuerzas Militares, irrespetando todas las leyes e instituciones ¡Hoy ha sido insultada la soberanía colombiana!

Se han desplazado las autoridades, la legalidad, la gobernabilidad y la protección civil, al permitir, proselitismo político, de quienes se supone están impedidos. No es con las armas con las que se somete a un pueblo, vivo ejemplo de las dictaduras. Hoy no fueron bombas, hoy fue la demostración total, del sometimiento. Una población vulnerada, un país, humillado, abandonado por las instituciones que dicen protegerlo.

El gobierno de Venezuela cierra las fronteras, pero, las abre para que el pueblo colombiano, sea afrentado, permitiendo el paso y transporte de guerrilleros y armas, es cómplice, ante la aceptación de usted Señor Presidente. Esto es la viva señal, del complot que existe entre estas organizaciones y no es extraño, “el comentario del posible asilo político a Nicolás Maduro”, esto demuestra, lo que ocurre a espaldas del pueblo.

Señor Presidente, como colombiano, sin soberbia, ni irrespeto, asaltan dudas de su lealtad con la Patria.

No es desconocido que usted perteneció a los grupos alzados en armas, como el “Comandante Santiago”, ¿Es usted Señor Presidente el comandante e ideólogo de las FARC?

Ha sido todo esto orquestado desde antes como Ministro de Defensa, el ataque “Jaque” un sofisma para demostrar su lealtad, fue la muerte de Raúl Reyes, la catapulta para la presidencia, ¿Fue su discurso presidencial con los grandes agradecimientos a quien hoy es su más ferviente opositor? ¿Es la intención repartir el país, con un supuesto proceso de paz, que nadie sabe, ni conoce ni entiende, y es realizado en secreto a espaldas de la sociedad, usted aduce un plebiscito, que ni si quiera aún está aprobado en la corte? Es real, los ofrecimientos económicos para los desmovilizados, mientras somete al pueblo a la más fuerte represión económica, no está enviando un mensaje equivocado, que dice: “El mal si paga” cuánto tiempo ha de pasar antes que surja otro grupo armado para tener tan altos privilegios.

¿Fue Isagen comprada con la plata de la guerrilla a través de una empresa cuya trayectoria está en entredicho en otros países? ¿La cual no ha podido jamás demostrar la procedencia de sus recursos?

Porqué o cual es la razón obsesiva donde considera que un supuesto tratado con las Farc, será la paz definitiva para Colombia, estoy seguro, que la paz verdadera, está en el apoyo a los campesinos, en los transportadores, en la salud, en la educación, en el avance y progreso, en el desarrollo económico, en la integración social, en la inversión social, no en una compra venta de interés personales, usted Señor Presidente no es el dueño de Colombia.

El país ha sido articulado, por procesos de vergüenza internacional, muchos de sus defendidos y protegidos, están en el entredicho, no sin antes admirar y reconocer el gran estoicismo del Señor General Palomino, la gran gallardía del Señor viceministro Carlos Ferro y su señora esposa, (No tenía razón para renunciar, persona de grandes principios e incuestionable profesional, y padre, respetando su intimidad)

De igual manera y no menos merecedora de su dignidad, la periodista amada y odiada, Vicky Dávila, quien también renuncia ante un supuesto error de información.

Señor Presidente, el próximo 17 de marzo, el país entrará en un paro nacional, no precisamente porque esté en paz, sino al contrario, la percepción es de decadencia, pobreza, falta de visión ejecutiva, falta de norte, hemos perdido exportaciones, las empresas se van, usted está fabricando una reforma tributaria, que no es tan difícil comprender cuál es la razón para un posconflicto. Porque no la hizo pública al inicio del año, y cada vez que hay un comentario sale a negarlo con un discurso, que ha perdido la capacidad de aceptación.

Señor Presidente, es la hora de tomar decisiones reales, o usted trabaja para Colombia, o trabaja para y por las FARC.

No vaya a salir con el discurso de defensa, y los comentarios que esto estará sometido a severas investigaciones y reclamos, EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA, HOY HA MUERTO.

Si usted continua con esta liviandad, estará demostrando que no le importa el país, lo invito decentemente y con todo respeto para que “Se levante la mesa de diálogo”, se aclare la participación de Venezuela. Ante los ojos de mundo, se ha violado de manera armada la soberanía colombiana. El ingreso de carros blindados, con personal fuertemente armados procedentes de Venezuela a territorio colombiano, ¿No es esto una violación e invasión?

Por orden suya se retiró el ejército, la policía, y se dejó la población desprotegida. Dudo y espero, que nunca pase, que, en el próximo paro nacional, usted mande al ejército en contra del pueblo. No lo manda para defenderlo de la guerrilla, pero si para defenderse usted.

Como dijo Simón Bolívar: “Maldito el soldado que apunta su fusil contra su pueblo, que será entonces del presidente que lo ordena”

Señor Presidente, usted está en la otra orilla, es la hora, de demostrar con valor, el amor y el respeto por la patria que hoy, usted en su libertad, ha permitido que fuera violada y vulnerada. No existe justificación.

Señor Presidente: ¡Renuncie!

Compatriotas. algunos cuestionaran e insultaran mis palabras, ofenderán y criticaran, esta misiva, pero, al observar el terrible futuro que no espera, es importante hoy la Unión Nacional, antes de una catástrofe.

Estoy de acuerdo con la paz, pero no estoy de acuerdo con la forma, ni el método, la paz, debe ser abierta, transparente, integral, debe estar de frente con la sociedad, debe ser participativa, con justicia, con respeto por todas las partes en conflicto. Algo que no pasa en esta situación, donde todo es escondido y ventajoso.

Es la hora, de cambiar el rumbo del país, en Colombia por la constitución no existe la posibilidad de revocatoria del mandato, pero existe un medio mejor y más eficaz, LA INTERNET.

Los invito para que entre todos nos unamos, en un solo grito, pidamos nuevas elecciones, que se replantee el proceso de paz, si hay interés se buscaran puntos de conciliación y perdón.

De lo contrario, no pasara un mes, antes que el país se vea sacudido por más situaciones de presión, por más mentiras, por más desgaste innecesario, hoy se perdió la institucionalidad, hoy fue la Guajira, mañana será todo el país.

He visto el descontento a través de las redes sociales, es la hora, de unir ese descontento, y ventilar un mejor futuro, el próximo paro nacional, es la muestra de la debacle en que estamos, duele la indiferencia contra las Fuerzas Militares, hay dolor de patria, con el malgasto del patrimonio, hay dolor con el abandono, las mentiras, las proclamas que tratan de convencer, mientras mueren los niños de hambre.

USTED QUÉ HACE POR COLOMBIA…

La verdadera Paz, no es de un grupo, es de todos los colombianos

Convoquemos nuevas elecciones presidenciales, existen en Colombia grandes políticos, capaces, visionarios

El terrible mal de Minamata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.

En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un

El terrible mal de Minamata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.

En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo

Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.

Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre. Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.

Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.

No se preocupe -le contestó el gerente. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.

No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde.

Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

JUAN GOSSAÍN

Enviado desde mi iPhon[truncado por WhatsApp]

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JR