Amigo y compañero de armas Henry Salcedo, expresa la realidad del PACTO Ivan - Santiago.
Bajo dos alias se esconden los chulos de la mentira y cobardía.
Afrontar la realidad es una proceso que la nación no entenderá, gracias a la mediática y vulgar mermelada que las narcofarc y Santiago le dieron al PACTO.
Cuál es el beneficio de Santiago? Cuál el de Ivan?
JR.
Somos Integración nacional-Colombia
¡TOTAL! ASESINARON AL SOLDADO PROFESIONAL PERDOMO (Q.E.P.D.)
“Una mala paz es todavía peor que la guerra”
Cayo Cornelio Tácito.
Muy diciente percibir la preocupación del gobierno después de que le asesinan a uno de sus hombres, expresamente al soldado Profesional Perdomo (q.e.p.d.) adscrito al Batallón J. París, la de tratar de demostrar por una parte que la muerte del joven Profesional de la armas se ocasionó por causa y razón de un combate militar, es decir en franca lid, por otra que tampoco su cuerpo fue incinerado por los terroristas, ni que su muerte fue ocasionada por un tiro de gracia; es decir, que en su asesinato no hubo ningún tipo de violación por parte del terrorismo armado ilegal y de que a pesar de que su cuerpo apareció incinerado, sin armamento y con un tiro en su humanidad fue como consecuencia del combate, o sea así es la guerra y estamos en guerra, por eso es urgente hacer la paz.
Asumir esa posición en este momento no es claro, ni muy convincente. Máxime, cuando se hacen declaraciones públicas de apoyo por parte de los comandantes de importante rango del Ejército Nacional, tratando de responder lo que en últimas, así se haga la mayor de las investigaciones no se podrá saber, porque simplemente para los entes investigadores aun aplicando toda su tecnología de punta, les será muy difícil precisar este lamentable in suceso(por lo menos los móviles de su incineración) a no ser que algún satélite se hayan detenido en el hecho, lo cual es poco probable.
Lo que sí es contundente e irrefutable es que el Soldado Perdomo era un miembro de las Fuerzas Militares de Colombia a quien la Ley le ordenó defender a su patria con las armas del Estado y que en su deber Constitucional de hacerlo, fue atacado junto a su compañeros de pelotón, por un grupo de hombres, quienes bajo la ilegalidad lo asesinan inmisericordemente, seguramente, desde una posición ventajosa como suele hacerlo el terrorista en su concepción de la vida y la muerte.
Por consiguiente, es al Soldado Colombiano a quien nuevamente no solo le arrancan su juventud de un tiro cobarde, así sea de lejos, a corta distancia o a quema ropa, sino que después, en el mismo evento, como una muestra más de desprecio al ser humano, al uniformado y a la autoridad que representa, lo incineran, o lo que da igual lo dejan para que el fuego haga pasto de él. Es lo que se deduce, porque el acto de arrancar el arma de sus manos es un hecho notorio de abandono a su suerte, cuando no aparece ni el arma, ni quien o quienes se la robaron al lado de su cuerpo.
Ahora voces amigas se vuelven peligrosamente contra sus propios hombres, con tal de demostrar que su asesinato no pasó de un encuentro militar entre dos grupos de combatientes que trajo como consecuencia lo que eso conlleva, que haya muertos y heridos como efectos de la confrontación.
Quizá se nos olvidan hechos muy graves de nuestra época reciente, por ejemplo: en el municipio de Puerres, Departamento de Nariño, este mismo grupo terrorista, no solo masacró con explosiones a un pelotón de soldados colombianos, sino que al paso del convoy militar hizo perforaciones al oleoducto Trasandino que pasa sobre el terreno, vertiendo el hidrocarburo en forma de lanzallamas de fuego sobre los hombres, produciendo con su acto demencial alrededor de treinta y una muerte de seres humanos totalmente incinerados, muchos de ellos rematados con tiros de gracia. O sea, que no es de sorprenderse hoy en día en su actuar, ni es válido justificar su accionar como un simple combate, cuando durante años este grupo terrorista ha violado los convenios dos y tres de Ginebra referentes al principio de humanidad en el conflicto “La muerte de personas en el marco de un conflicto armado interno no puede tener como unívoca lectura la constatación del fallecimiento material, sino que exige asociarlo al respeto de la dignidad humana”, afirma dicha norma convencional.[1]
Podríamos enumerar cantidad de acciones violatorias del Estatuto de Roma por parte de este grupo terrorista en Colombia, lo que nos lleva a concluir con este nuevo acto de sevicia contra unos Soldados de la Patria, es que la paz se construye con hechos y con la verdad que genere confianza para avalarla en toda su dimensión, basado en el respeto de uno de los grupos sociales más afectados como son los combatientes del Ejército Nacional. El Soldado Colombiano.
Henry J. Salcedo J.
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JR